El plan del gobierno israelí para reformar el poder judicial provocó una crisis

 El plan del gobierno israelí para reformar el poder judicial provocó una crisis

Israel se encuentra en medio de una grave crisis políftica, que se ha intensificado en los últimos días para engullir componentes clave de la sociedad: el ejército, las universidades y los sindicatos.

Durante semanas, los manifestantes han tomado las calles para oponerse al plan del gobierno de reformar las normas judiciales. El descontento aumentó el domingo después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu despidió a un ministro que criticó el plan por fomentar el malestar dentro del ejército.

Las universidades están cerradas en protesta y los líderes sindicales insinúan una huelga general que amenaza con paralizar a la nación. Las consecuencias también se extienden más allá de las fronteras de Israel, causando malestar entre los inversores, los judíos estadounidenses influyentes y los aliados extranjeros de Israel, incluido Estados Unidos.

Esto es lo que necesita saber sobre la crisis:

El gobierno quiere limitar el poder de la Corte Suprema.

La coalición gobernante de Netanyahu, la más derechista y religiosamente conservadora en la historia de Israel, dice que el poder judicial se ha otorgado un poder cada vez mayor a lo largo de los años. El gobierno también afirma que la Corte Suprema no representa la diversidad de la sociedad israelí.

En los cambios judiciales propuestos, el gobierno primero está tratando de cambiar la composición de un panel de nueve miembros que selecciona a los jueces de la corte. La propuesta daría a los representantes y personas designadas por el gobierno una mayoría automática en el panel, lo que permitiría que el gobierno seleccione a los jueces. El gobierno también quiere frenar lo que describe como pasar por alto a la Corte Suprema al limitar significativamente su capacidad para anular las leyes que considera inconstitucionales.

Los críticos dicen que la reforma propuesta pondría un poder ilimitado en manos del gobierno actual, eliminaría las protecciones otorgadas a individuos y minorías y profundizaría las divisiones en una sociedad ya fracturada. También temen que Netanyahu, que está siendo juzgado por cargos de corrupción, pueda usar los cambios para librarse de sus problemas legales.

¿Qué sabes sobre la reforma judicial israelí?

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¿Cuáles son los cambios propuestos? El gobierno derechista de Israel quiere cambiar la composición del comité que selecciona a los jueces para dar una mayoría a los representantes del gobierno y a los designados. La legislación también limitaría la capacidad de la Corte Suprema para revocar las leyes aprobadas por el parlamento y debilitaría el poder del fiscal, que es independiente del gobierno.

¿Qué dicen los opositores al plan? El frente contra la ley, que incluye a israelíes en gran parte del centro y la izquierda, dice que la reforma radical asestaría un golpe fatal a la independencia del poder judicial, que ven como el único control sobre el poder del gobierno. Dicen que la legislación cambiaría el sistema israelí de una democracia liberal con protecciones para las minorías a la tiranía del gobierno de la mayoría.

¿Dónde se encuentra Benjamin Netanyahu? En el pasado, Netanyahu, el actual primer ministro de Israel, ha sido un firme defensor de la independencia de los tribunales. Su reciente nombramiento de Yariv Levin, un líder en la reforma judicial, como ministro de justicia marcó un cambio, aunque Netanyahu prometió públicamente que cualquier cambio se medirá y manejará de manera responsable.

¿Hay espacio para el compromiso? Los políticos que impulsaron el plan dijeron que estaban listos para hablar, mientras que un grupo de académicos y legisladores se han estado reuniendo detrás de escena durante semanas para llegar a un compromiso. El 15 de marzo, el gobierno rechazó un compromiso presentado por Isaac Herzog, presidente de Israel, que fue rechazado por Netanyahu poco después de su publicación.

Diferencias ideológicas y culturales más profundas subyacen a los cambios propuestos.

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En general, la división de la sociedad israelí ha dividido a la gente en dos grupos: los que quieren un estado más laico y pluralista y los que tienen una visión más religiosa y nacionalista.

Para sus críticos, la Corte Suprema es vista como el último bastión de la élite centrista secular descendiente de judíos europeos que dominaron el país durante sus primeras décadas de gobierno. Los judíos religiosos, especialmente los ultraortodoxos, ven a la corte como un obstáculo en su camino en la vida.

La corte a menudo se ha opuesto a ciertas concesiones y subsidios para los ultraortodoxos. En particular, el tribunal rechazó una decisión especial que permitía a los judíos ultraortodoxos aplazar el servicio militar a favor del estudio religioso, lo que enfureció a los líderes religiosos. Los israelíes de derecha que quieren consolidar los asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada ven a la corte como un adversario.

Hay una creciente insatisfacción con la reforma de un amplio espectro de la sociedad.

La oposición estuvo impulsada principalmente por centristas seculares que temían que una reforma integral amenazara sus libertades y su forma de vida. Pero también hay una creciente resistencia y un deseo de diálogo y compromiso por parte de la derecha religiosa que dice que el gobierno ha ido demasiado lejos, demasiado rápido.

El sindicato más grande de Israel, que anteriormente ha tratado de mantenerse al margen de la refriega, parece dispuesto a convocar una huelga general el lunes, con un discurso de su líder a última hora de la mañana.

Los directores de las principales universidades de Israel han anunciado colectivamente que cerrarán sus puertas indefinidamente en protesta por el plan, a partir del lunes por la mañana.

Pero quizás la oposición más significativa a la operación provino de los reservistas militares, quienes juegan un papel importante en la capacidad militar de Israel.

Los reservistas dicen que temen recibir órdenes militares ilegales si la Corte Suprema carece de autoridad para examinar adecuadamente las actividades del gobierno. Temen ser acusados ​​en tribunales internacionales si se considera que el sistema de justicia israelí es demasiado débil para enjuiciar a los soldados.

Los líderes militares han advertido que la disminución de los reservistas, que constituyen una parte importante del cuerpo de pilotos de la Fuerza Aérea, pronto podría afectar la capacidad operativa del ejército. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, pidió el sábado detener los cambios judiciales. Fue despedido el domingo por Netanyahu, cuya oficina anunció su despido en un comunicado de una línea.

Pero la ansiedad persiste entre los líderes militares, quienes dijeron en privado que les preocupaba que los soldados de tiempo completo también pudieran comenzar a renunciar. El domingo, el jefe de personal del ejército, Herzi Halevy, ordenó a todos los comandantes hablar con sus subordinados sobre la necesidad de mantener la política fuera del ejército y mantener la cohesión, dijeron oficiales militares.

La nueva ley debe ser aprobada por el Parlamento.

El gobierno había planeado una votación final en el parlamento a principios de esta semana sobre la primera parte de la reforma radical, la capacidad de elegir a los jueces de la Corte Suprema. Pero después de las protestas del domingo, no está claro si Netanyahu estará de acuerdo con los miembros de línea dura de su coalición y procederá con la votación. Se dijo que Netanyahu estaba considerando detener el programa, pero el lunes por la mañana los miembros ultraortodoxos comenzaron los procedimientos parlamentarios necesarios para preparar el proyecto de ley para su votación.

Otros elementos importantes de la reforma están pendientes hasta finales de abril. Incluyen propuestas para frenar lo que el gobierno considera que anula la Corte Suprema al limitar significativamente su capacidad para anular las leyes aprobadas por el parlamento y permitir que el parlamento de 120 escaños anule las decisiones de la Corte Suprema por una mayoría de 61.

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