Los hermanos renuevan su rivalidad cuando Creighton juega para San Diego State

LOUISVILLE, Kentucky — Inevitablemente, habrá un momento el domingo en el que Arthur Kaluma de Creighton, un estudiante de primer año habilidoso como la seda de 6 pies 7 pulgadas, se enfrente a Adam Seko de San Diego State, un robusto y tosco de 6 pies 3 pulgadas. cada uno ferozmente decidido a llevar a su equipo a la Final Four por primera vez.

Esta no sería la primera vez que se miraron a los ojos y se atacaron violentamente.

Son, después de todo, hermanos.

“Surrealista”, dijo Kaluma, quien observó desde el túnel cómo Syko encestó un triple que dio la ventaja a un triunfo de Alabama en San Diego State, y luego ayudó a Creighton a vencer a Princeton en la semifinal de la Región Sur. “Es una experiencia increíble, ver jugar a mi hermano y luego tener la oportunidad de jugar contra él, especialmente a este nivel”.

Aún más fantasioso, los hermanos y sus familias lo tuvieron el año pasado, cuando Creighton se recuperó de un déficit de 9 puntos en los últimos dos minutos y venció a San Diego State en tiempo extra en un partido de primera ronda en Fort Worth.

Ese partido tuvo lugar cerca de Coppell Family YMCA, el gimnasio cerca de su antigua casa en Louisville, Texas, donde Kaluma impresionó mucho a su hermano mayor.

Es la cancha donde Kaluma venció por primera vez a Saeko en una jugada de uno contra uno, y también donde Kaluma, cinco años más joven y diez centímetros de estatura, golpeó a su hermano mayor en su camino hacia la canasta, causándole cortes. Eso dejó una cicatriz de media pulgada en el párpado izquierdo de Seiko que necesitó nueve puntos para cerrar.

“Creo que todavía puedes ver la cicatriz”, dijo Seiko el sábado, cerrando el ojo y dando una vista clara a los reporteros reunidos a su alrededor.

Los hermanos siguieron caminando como hermanos. Están muy orgullosos el uno del otro, pero también se aseguraron de que el otro supiera cuál era su posición. Como cada declaración fanfarrona de Kaluma, que su hermano no puede protegerlo, que Creighton volverá a ganar, se transmite a Seiko, él pone los ojos en blanco.

“Simplemente me está trolleando”, dijo Seko.

¿En cuanto a lo que pasó el año pasado?

“No quiero escuchar ninguna excusa sobre cómo están con nosotros o algo así”, dijo Kaluma el viernes por la noche. “Ganamos el juego al final del día. Ahora, ellos tienen la oportunidad de anotar, así que no podemos dejar que eso suceda. Tengo que estar 2-0 sobre mi hermano”.

Las rivalidades entre hermanos en el escenario nacional parecen ser una cosa últimamente.

En el Super Bowl de este año, el centro de Filadelfia, Jason Kelsey, y el ala cerrada de Kansas City, Travis Kelsey, se enfrentaron cuando los Chiefs vencieron a los Eagles. Nunca se han alineado cara a cara, pero los hermanos Nola lo hicieron en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en octubre pasado cuando Austin de San Diego conectó un jonrón contra su hermano Aaron, un lanzador de Filadelfia. Eso ayudó a los Padres a ganar el juego, pero los Filis se llevaron la serie.

El domingo no habrá premios de consolación.

Luego, los padres de los dos hermanos, Patrick y Eva Arico, y sus dos hermanas pequeñas, Abigail, de 10 años, y Anna, de 8, se turnarán para consolar al perdedor y celebrar al ganador, tal como lo hicieron hace un año. Tienen boletos para el partido del domingo en los condados de San Diego y Creighton, tal como lo hicieron el año pasado cuando cambiaron de asiento en el medio tiempo.

“Este año, podríamos ser neutrales”, dijo Patrick con una sonrisa. “Camisas blancas sencillas y siéntense en las gradas”.

Patrick emigró a los Estados Unidos desde Uganda a mediados de la década de 1980 porque ya no se sentía seguro después del cambio de poder. “Me identificaron como alguien que podía ser preparado para actuar contra mi tribu”, dijo. Después de establecerse en el área de Los Ángeles, conoció a Eva en una boda de la comunidad de Uganda. En ese momento, tenía dos hijos: Adam, de quien estaba embarazada cuando llegó a los Estados Unidos desde Uganda en 1998, y Arthur, que tenía menos de un año.

“Estaba enamorado”, dijo.

“Estábamos destinados a ser Patrick”, dijo Eva, quien se casó con él en 2008, se mudó a Dallas y luego cerca de Phoenix, donde ahora viven. “Para él, siempre era, ‘te llevo con lo que vengas’. “

Patrick había introducido a los niños al fútbol cuando eran pequeños, pero a Adam pronto le picó el gusanillo del baloncesto y Arthur hizo lo mismo, corriendo ansiosamente a la cancha con la pelota de baloncesto durante los tiempos muertos o los descansos de medio tiempo durante los juegos juveniles de Adam.

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A medida que crecía, Arthur observaba a su hermano mayor con la misma diligencia con la que estudiaba el juego y hacía ejercicio en el gimnasio. Cuando estaba en la escuela secundaria, Arthur le pidió a Adam que lo ayudara a mejorar su manejo del balón. Así que Adam instala una serie de conos para un entrenamiento aleatorio en el patio delantero de su casa en California.

“Cada vez que me equivocaba en un entrenamiento más de tres veces, él salía y decía: ‘Hombre, nunca vas a conseguir esto'”, dijo Arthur. A una edad temprana, ese tipo de dolor”.

Pero Arthur persistió, y mientras se dirigía a San Diego State, Arthur se volvió viral y le disparó a su hermano cuando ingresó a la escuela secundaria. Pronto comienzan a jugar partidos competitivos entre sí, y la indomable confianza en sí mismo de Arthur encuentra una olla en la que echar raíces.

¿A qué edad pensó que podría golpear a su hermano?

“Desde que cogí una pelota de baloncesto por primera vez, pensé que podía vencerlo uno a uno”, dijo Arthur. “Nunca hubo una pregunta de, ‘Oh, tal vez solo consiga algunos años. Fue: “No, puedo derrotarte ahora”.

Antes de que jugaran el año pasado, Arthur les dijo a los periodistas que su hermano jugaba a la defensiva falsa, como Patrick Beverley, un notorio vagabundo de la NBA. Y después de que Arthur hizo un doble equipo, y falló, cuando alineó a Adam en un partido el año pasado, Adam afirma que necesita refuerzos para mantenerlo bajo control.

“Aunque Arthur es luchador, admira mucho a su hermano”, dijo Eva. “Encantado de ver.”

Patrick dijo: “Adam era tan bueno como hermano mayor. Entendió dónde estaba Arthur y no mató ese espíritu competitivo, sino que lo alimentó y lo manejó”.

En muchos sentidos, ambos hermanos son avatares de los equipos a los que han ayudado a llegar a este punto. Adam, un jugador de sexto año, juega un papel confiable desde el banquillo, siendo llamado a lanzar triples y defender al equipo senior que queda en el Torneo de la NCAA. Adam es un extremo más libre y es uno de los tres estudiantes de segundo año que comenzaron en los Bluejays de alto octanaje.

Cuando tome su asiento el domingo, dijo su madre, estará muy orgullosa y espera que regresen los recuerdos de los niños jugando en el patio delantero con un pequeño aro de baloncesto.

Algunos de estos pensamientos surgieron el viernes por la noche.

A pesar de todas las burlas fraternales, cuando San Diego State puso fin a su disgusto, Arthur corrió al campo para celebrar con su familia y luego tener un momento con su hermano, antes de salir a la cancha para jugar en Princeton.

Adam lo abrazó y le deseó buena suerte y también tenía un mensaje: “Será mejor que estén preparados”.

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